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Actualmente no se puede visitar por obras de restauración
Datación: Mediados del s. XIX
Como otras de las tierras de Borriana, la zona de Sant Gregori está ocupada desde épocas muy antiguas. Fue muy importante desde el punto de vista económico por sostener gran parte de la vida campesina. Con el tiempo las alquerías fueron abandonadas, ya sea por la piratería o por la insalubridad de las marismas –esta zona fue también productora de arroz- . En el siglo XIX con el cambio del modelo agrícola que abrió paso al mercado de la naranja, las antiguas alquerías volvieron a tener importancia en la ordenación del espacio rural embelleciéndolas y destinando una parte de ellas a la oración. Así lo que era un pequeño altar se transformó en una capilla, la ermita de Sant Gregori –como citan Gumbau y Carda- es un fiel ejemplo de ello. El edificio que data de mediados del s. XIX presenta dos puertas en la fachada que está orientada al Sur, una que da al interior de la estancia de sus propietarios y la otra que permite la entrada a la capilla. Son muchos los detalles arquitectónicos que se pueden mencionar, como los arcos en el patio interno – no abierto al público-, el lucernario, que le confiere a la vivienda un carácter de construcción defensiva y la pequeña campana oculta entre la acacia centenaria.
Lo que queda de la antigua Ermita de San Gregorio puede verse en las cercanías de la zona conocida como El Calamó, al este de la población de Borriana. Bastante próxima a la ermita de la Virgen de la Misericordia, se llega a ella por el Camí de Sant Gregori, carretera sin asfaltar en la zona de la desembocadura del Río Seco.
Descripción
La finca destaca entre los naranjales que la circundan por su torre cuadrada. La fachada de dos plantas mira hacia el sur y en su esquina se abre la puerta de la capilla, adintelada, de madera y con mirillas. Sobre ella aún puede verse, semioculto por una frondosa acacia, el soporte de la campana que servía para llamar a misa a los vecinos de la zona. Ninguna otra cosa denota que aquí hubo una ermita. Otra puerta interior comunica la capilla con las dependencias de la alquería.
Todavía se conserva en la pequeña sala cuadrada el altar adosado a la pared que los propietarios adornan regularmente con flores y velas. Sobre él se ven mensulillas vacías, alguna litografía en las paredes y viejos bancos.
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Ermita San Gregori, Borriana